La temporada de reproducción del pavo real suele coincidir con la llegada de la primavera en el hemisferio norte. Se aparean una vez al año, aunque pueden tener más de una nidada por temporada. Son animales polígamos, por lo que cada macho puede aparearse con hasta seis hembras.
Después del cortejo y el acoplamiento entre el macho y la hembra, ellas se separan del grupo para comenzar la incubación de sus huevos que dura aproximadamente 28 días.
La hembra de pavo real no es tan atractiva como los machos, son mucho más pequeñas y la cola es de color marrón. Los machos empiezan a desarrollar el plumaje de su cola secundaria cuando cumplen los dos años de edad. Es a partir de esta edad cuando comienzan a ser visibles las atractivas plumas, con ocelos policromáticos en verde, azul y marrón. Es a los 3 años cuando son capaces de desplegar en su totalidad esta la cola que les servirá para el cortejo entre otros.
El macho abre su magnífica cola en forma de abanico cuando intenta atraer a una hembra, y se pavonea haciendo gala de todos sus atributos. Los machos, además, emiten un chillido o grito característico como parte del cortejo. Las hembras también utilizan el mismo tipo de vocalización durante el cortejo.
¿Cómo es un nido de pavo real?
Las hembras de pavo real hacen nidos para poner huevos y usan diferentes plantas para este propósito. Pueden elegir un nido terrestre cavando un agujero poco profundo en la tierra o en un tronco caído. También optan por colocar sus nidos en las ramas más bajas de los árboles. Además, es bastante común que utilicen nidos abandonados de otras aves.
Un pavo real hembra pone de 3 a 8 huevos por puesta. Los huevos de pavo real son de color marrón claro y eclosionan 28 días después de la puesta. Se puede ver a los recién nacidos escondiéndose bajo las alas de su madre durante los primeros días para recibir calor corporal.
Cría de pavos reales
Después de las dos primeras semanas, comienzan a caminar e intentan vuelos cortos para trepar a las ramas. Desde entonces, pasan la noche en lo alto del árbol, siempre bajo la protección de su madre. Dependen de la protección de su madre para sobrevivir, ya que la mortalidad de los polluelos suele ser alta en la naturaleza. Los principales depredadores son los tigres y los leopardos, así como los humanos, que los cazan para la cría en cautividad o el comercio de plumas.